LOS NUEVOS NIÑOS DE CHERNÓBIL
Las familias adoptivas vizcaínas cambian las vidas de cientos de menores afectados por la peor tragedia nuclear, que cumple 25 años
LUIS GOMEZ

Las consecuencias de la catástrofe acaecida el 26 de abril de 1986 al sobrecalentarse el reactor número 4 de la central de Chernóbil continúan latentes. Casi veinticinco años después, miles de niños de Irpen e Ivankiv -las dos localidades más afectadas- siguen padeciendo las secuelas de la peor tragedia nuclear de la historia. Pese a no sufrir dolencias graves, tienen las defensas muy mermadas por la constante radiación a la que se ven sometidos. Sin embargo, las vidas de estos menores han mejorado notablemente gracias a los veranos que pasan en cientos de hogares vizcaínos. «Salir de la zona contaminada dos meses al año les aporta gran vitalidad para pasar con menos enfermedades el duro invierno ucraniano. Un catarro se les convierte en neumonía», afirman responsables de Chernobileko Umeak.
Muchos de estos niños llegaron a Vizcaya con la boca «destrozada» -«venían con los dientes de leche todos podridos»- y casi calvos. Hoy están más sanos. Lucen un «pelo precioso», pocas lesiones cutáneas y han dejado de sufrir hemorragias nasales. Se les ve también más felices por los vínculos emocionales trabados con sus familias adoptivas. «Ellas creen que mi nombre es ama y el de mi marido, aita», se ríe Joana Resmella, a la que se le hace un nudo en el corazón al pensar que Alina, una de 'sus' tres niñas, sólo podrá disfrutar de un verano más al rebasar los 17 años.
Chernobileko Umeak, que el año pasado acogió a 93 niños, reclama un esfuerzo para tramitar el mayor número de acogimientos. Pese a la crisis, confían en traerse, al menos, a otros 40 menores. «Todos necesitan salir, pero estos están muy necesitados». Algunos han sido operados ya tres veces de la vista. Pertenecen a familias muy pobres que subsisten con 40 euros al mes. Muchos comen las verduras contaminadas que recogen de las huertas. «Y suerte el que tiene dónde plantar algo», afirma Juanma Ortega, voluntario de la organización. «¿Que no coma estas setas? ¡Pero de qué vas! O las como o me muero de hambre», le soltó un día Irina a su madre 'adoptiva'. 'Esas setas', del tamaño de «balones desinflados» por los efectos de la radiación, es lo único que muchos se llevan a la boca. Además de patatas y berzas. Es su menú.
Chernobileko Umeak, que el año pasado acogió a 93 niños, reclama un esfuerzo para tramitar el mayor número de acogimientos. Pese a la crisis, confían en traerse, al menos, a otros 40 menores. «Todos necesitan salir, pero estos están muy necesitados». Algunos han sido operados ya tres veces de la vista. Pertenecen a familias muy pobres que subsisten con 40 euros al mes. Muchos comen las verduras contaminadas que recogen de las huertas. «Y suerte el que tiene dónde plantar algo», afirma Juanma Ortega, voluntario de la organización. «¿Que no coma estas setas? ¡Pero de qué vas! O las como o me muero de hambre», le soltó un día Irina a su madre 'adoptiva'. 'Esas setas', del tamaño de «balones desinflados» por los efectos de la radiación, es lo único que muchos se llevan a la boca. Además de patatas y berzas. Es su menú.
Oleksiy y Oksana Sohogub
«Quería ser soldado»
«Quería ser soldado»


Andriy y Ania Kovalchuk
Vivir sin agua

Alina y Mariana Tegay
«Hacía de madre»

3 comentarios:
En primer lugar quiero darle las gracias al periódista Luis Gómez, que nos recibió con los brazos abiertos en la redacción y ha escrito este reportaje.
Esta mañana, he salido derecha de casa a comprar el periódico para ver estas fotos, estas frases...en definitiva, para volver a revivir esos momentos que pasamos todos los veranos junto a nuestras niñas y niños.
Me parece maravilloso ver como crecen, como mejorar y lo felices que son a nuestro lado.
Esta tarde, he tenido la oportunidad de ver como sonaba el teléfono de la asociación y las familias se interesaban por estas niñas y niños que tanto nos necesitan.
Está claro, que el trabajo bien hecho obtiene su recompensa y espero de todo corazón que este año podamos ver las caritas de esos nuevos peques que están esperando una familia de acogida en Ucrania.
Un abrazo a todas y todos los que hacemos posible CHERNOBILEKO UMEAK!!!
oso ondo zorionak
bea
HOLA ME GUSTARIA SABER DONDE TENGO QUE BUSCAR INFORMACION PARA TENER EN VERANO A UN NIÑO,A DE ACOGIDA.MUCHAS GRACIAS
Publicar un comentario