
Tal
día como hoy hace 27 años los habitantes de los alrededores de la central
nuclear de Chernobyl despertaban ignorando algo que cambiaria sus vidas. Esa
madrugada el reactor nº4 de la central había explotado y de el había surgido un
monstruo silencioso, la radiación. Un monstruo desconocido y que puede parecer
inofensivo dado que no se ve pero que deja secuelas de por vida. Hoy 27 años
después creemos que es justo agradecer a los que lucharon (liquidadores) contra
ese monstruo en primera línea porque gracias a ellos se salvaron muchas vidas,
gracias.
Decir
que la radiación y que la lucha acabó como mucha gente cree es falso, la lucha
continua, y sus consecuencias siguen sufriéndose hoy en día. El agua, la
tierra, las personas… la contaminación sigue presente y los habitantes de los
alrededores de la central siguen sufriéndola año tras año. El sarcófago cada
vez más dañado, deja espacio libre a la gran cantidad de residuos aún
radiactivos para que puedan escapar.

Chernobyl
nunca volverá a ser el mismo, su zona de exclusión seguirá contaminada durante
miles de años, y las zonas cercanas sufrirán sus consecuencias también durante
miles de años. No se puede luchar contra este monstruo, pero si podemos ayudar
a mejorar la salud de las víctimas, víctimas que ese día, hace 27 años ni
existían, pero que hoy sufren las consecuencias, porque tomando prestada una
frase del filósofo Schopenhauer, “
la
salud no lo es todo, pero sin ella todo lo demás es nada”.
CHERNOBYL SIGUE VIVO Y NECESITA TU AYUDA
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