Las vacaciones de Semana Santa es una época del año que familias vascas aprovechan para ir a Ucrania a conocer a su otra familia, la familia ucraniana. Dos familias han tenido la amabilidad de compartir con nosotros su experiencia.
La familia Carazo-Momoitio definia así su maravillosa experiencia:
"La verdad es que ha sido un viaje maravilloso. Fue super emotivo el encuentro entre las dos familias Carazo-Momoitio (Euskadi) y Burdun (Ucrania). Después de tanto contarnos Liza a unos y a otros, todos pusimos cara a las personas importantes de su vida (padres, hermano y abuela) y a los lugares por los que discurre su vida 10 meses al año.
Pudimos ser agasajados con varias comidas y cenas típicas ucranianas, que apreciamos muchísimo. Pudimos conocer el colegio, a la profesora y compañeros de clase de Liza y viajar en el metro a "toda velocidad" y en los autobusitos tan característicos de allí. Toda una aventura que salió a la perfección gracias a la ayuda que Dima nos prestó para poder entendernos entre todos y comunicarnos, más allá de los gestos y abrazos.
Una semana con los sentimientos a flor de piel, en la que también tuvimos tiempo (entre montones y montones de nieve y de carámbanos de hielo) a visitar muchos lugares turísticos interesantes de Kiev (Monasterio de las Cuevas, Santa Sofía, Funicular, Plaza de la independencia, San Miguel, Museo de Chernobil...) y los alrededores (Irpen, Pirogovo...) así como poder ir al circo etc.
Un viaje que, a todos nosotros se nos ha quedado grabado en nuestra retina de vivencias personales; a ellos que estaban encantados, a Liza que decía "que era uno de los días más felices de su vida" y a Aitor y Amaia que aprendieron a valorar mucho más todas las oportunidades que -sólo por haber nacido en otro lugar del planeta- tienen cada día.
Seguro que repetiremos, pero la próxima vez para ver Ucrania sin ese manto blanco y para verla con un manto de flores que adornen a belleza natural de un hermoso y acogedor país."
Por su parte Javi y Laura era la segunda vez que visitaban Makarivka.
"Nosotros hemos visitado Makarivka por segunda vez y aún ha sido mejor que la primera experiencia. Todos en Ucrania nos han recibido con un cariño inmenso y nos han hecho sentir como si estuviéramos en nuestra casa ofreciéndonos todo lo que tenían. Ya estamos deseando que llegue el verano para volver a juntarnos con Andriy."
Acoger a un niño de Chernobyl es una experiencia maravillosa que te lleva a vivir mas experiencias maravillosas como nos cuentan estas dos familias.
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