miércoles, 30 de marzo de 2011

CHERNOBILEKO UMEAK: Noticia ADN

El pasado verano, el periodista Santiago Camacho, viajó junto a la asociación CHERNOBILEKO UMEAK a Ucrania, con el objetivo de rodar para el programa televisivo "Cuarto Milenio" de Cuatro.

Hoy, y en referencia a lo que está ocurriendo en Fukushima, Santiago, ha ecsrito una noticia en el diario ADN sobre el desastre nuclear de Chernóbil. También sobre de su próximo libro, que trata el incidente en la central ucraniana en abril del 1986.

Crisis de Fukushima es la crónica de un desastre anunciado, denuncia escritor
Agencia EFE

La crisis nuclear de Japón, que ocurre en vísperas del 25 aniversario de la catástrofe de Chernóbil, es la crónica de un desastre anunciado y recuerda la insistencia humana en tropezar dos veces con la misma piedra, dice Santiago Camacho, quien ahora publica un libro sobre el accidente de la central ucraniana.

"Es preocupante que en el llamado 'mundo libre' los intereses de la industria nuclear sean tan enormes que en un país democrático como Japón, esos intereses consigan que la información sea casi tan opaca como en la Unión Soviética en el momento del accidente de Chernóbil", subraya este escritor español en una entrevista con Efe. En el tema nuclear "nos pierde la soberbia y no hemos aprendido nada a pesar del tiempo.

Al igual que entonces los ingenieros soviéticos creían que Chernóbil podría aguantar todo lo imaginable, ahora tampoco los japoneses se habían planteado que podría llegar el día en que lo inimaginable pudiera suceder", añade.
Camacho denuncia "el ruido de doble moral" de muchos expertos nucleares que "tratan de minimizar" en sus intervenciones públicas lo que ocurre en torno a la central de Fukushima, dañada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, mientras fuera de micrófono reconocen la extrema gravedad del suceso.

"Esto nos demuestra que el lobby nuclear es muy poderoso y que la crisis de Fukushima no es evaluada en su justo término. Pero las escenas de esos 'voluntarios' que intentan evitar una catástrofe mayor en la central nipona no están tan alejadas de aquellas de los 'liquidadores' que ofrecieron sus vidas para paliar el accidente de Chernóbil", explica. Camacho publica ahora el libro "Chernóbil. 25 años después" (Debate), un conmovedor itinerario histórico y personal sobre el mayor accidente nuclear de la historia, ocurrido el 26 de abril de 1986, pero cuyos efectos, afirma, aún se ciernen como una espada de Damocles sobre el futuro, no sólo de Ucrania, sino de buena parte de Europa.

"Hoy, 25 años después, el desastre de Chernóbil sigue tan vigente como entonces. Jóvenes y niños que ni siquiera habían nacido entonces están pagando duramente las consecuencias. Esto es lo que diferencia una catástrofe natural de una nuclear", destaca. Al estallar, por una mezcla de errores humanos y técnicos, el reactor número 4 de la planta de Chernóbil lanzó a la atmósfera una cantidad de energía quinientas veces superior a la liberada por las explosiones de Hiroshima y Nagasaki, dice Camacho en su libro.

Quienes vieron esta explosión hablaron de un "enorme cilindro incandescente, con brillos multicolores, tan denso que parecía más un objeto sólido que una llamarada". Técnicos de la planta, bomberos y numerosos habitantes de la cercana localidad de Prípiat fueron las primeras víctimas del accidente, cuyo balance mortal podría pasar ya de las 100.000 personas. Camacho entrevistó a Igor Kostin, el único reportero gráfico que pudo tomar imágenes del lugar de los hechos el mismo 26 de abril de 1986.

"Cuando abrí la ventanilla no escuché nada ni siquiera el sonido de las palas del helicóptero. Había un silencio mortal. Estábamos sobre las ruinas del reactor y me sentía ingrávido, flotando en el espacio, como sobre una tumba. Un hoyo negro...una tumba", refirió el fotógrafo.
Entonces Moscú tardó tres días en admitir que un reactor había estallado en Chernóbil mientras cerca de 400.000 personas fueron evacuadas de la región en la que se encuentra Chernóbil, 46.000 de ellos sólo en Prípiat, la ciudad donde vivían los hasta entonces "privilegiados" trabajadores de la central.

Camacho viajó al escenario del desastre con el apoyo de la Asociación Chernobileko Umeak, una ONG española que acoge anualmente a niños y niñas afectados por la catástrofe.
El escritor explica que los niveles de contaminación del entorno en que viven estos niños siguen siendo intolerables y cita algunas cifras estremecedoras: Entre las víctimas adultas oficiales, la tasa de mortalidad ha aumentado un 400 por ciento desde 1987 y la muerte por cáncer un 300 por ciento, los problemas de tiroides un 400 por ciento y las enfermedades respiratorias, hasta un 2.000 por ciento.

Camacho cita a Mijaíl Gorbachov, mandatario de la URSS cuando ocurrió el desastre, quien, tras conocer que la vida media de los isótopos que envenenan ese paisaje es de 25.000 años, afirmó que "Chernóbil durará hasta la segunda venida de Jesús".


Muchas gracias por acordarte de nosotros.




1 comentarios:

Kontxi dijo...

Este año, justo en las fechas que se celebra el aniversario del desastre nuclear de Chernobil vamos a etar toda la familia en ucrania. Con toda la informacion que nos está llegando estos días siento sensaciones contradictorias en mi: un honor poder estar allí pues ha sido un viaje muy "peleado" y mucha pena cuando te recuerdan lo que esto ha supuesto y va a suponer para el pueblo de Ucrania... Me quedo con la ilusión infinita que le supone a Bladi reunir a TODA MI FAMILIA JUNTOS EUSKADI_UCRANIA!!