
Allí aprovecharon para recordar una vez más la problemática aún existente en las zonas afectadas por la catástrofe nuclear de Chernóbil, en la que las niñas y niños se enfrentan cada día a la radiación presente en el aire, la tierra y el agua, lo que debilita su sistema inmune, y por tanto, su salud. Gracias a estas "vacaciones" de dos meses en Euskadi, respirando aire, comiendo comida y bebiendo agua libres de esa radiación, las niñas y niños se recuperan fuerzas para afrontar en un mejor estado el duro invierno ucraniano.
Los beneficios de este programa los conocen de primera mano las familias de acogida, pero también las y los menores que cada año vienen a pasar el verano a Euskadi. Olena ya es toda una veterana en este tema, después de nueve años viviendo esta experiencia, y también se lo ha relatado a Ramón Bustamante.
Podéis escuchar la entrevista completa en este enlace.
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